sábado, 21 de marzo de 2015

NEOTENIA

Hace unos días estuve chateando con una chica, ella me gusta o mejor dicho me gustaba. Me dijo ciertas cosas que otros (seudoamigos) le dijeron de mí, haciéndole dudar y mostrándose (a partir de ese momento) fría y distante ante mis cortejos y aproximaciones. Ella me contaba cosas que delataban inmadurez de su parte, cosas como “me dijeron”, “me contaron” y bla bla bla… No gozo de tolerancia para las niñerías ni caprichos y menos que se manifiesten en adultos o personas que deberían por su edad pensar y actuar maduramente. Mi respuesta teñida con molestia y decepción fue: “suena tan a colegio lo que me cuentas”. El descargo de ella se dio de forma inmediata diciendo: “Yo no trato de retraer la niña que llevo dentro, yo la dejo fluir”. Me pareció de las respuestas más sensatas que he escuchado de una chica de 22 años. Para compensar un poco el asunto yo solté una justificación diciendo: “yo también me comporto como niño, trato de no hacerlo pero a veces se me escapa, bueno creo que a todos nos pasa”. Rápidamente esto me hizo recordar a la Neotenia, término de la biología que fue popularizado por la década de los 70 por la obra de Desmond Morris de nombre “El Mono Desnudo”. El diccionario de la RAE dice que la Neotenia es la persistencia de caracteres larvarios o juveniles después de haberse alcanzado el desarrollo adulto. Me parece una definición buena y aunque breve no deja de ser buena. Nosotros como seres biológicos no somos ajenos a la Neotenia. Este fenómeno explicaría  el por que conservamos o mantenemos por ejemplo ciertos rasgos, actitudes o comportamientos  de etapas anteriores a nuestro desarrollo actual. Esta tendencia nos es natural, y en los momentos menos pensados cuando no ejercemos dominio sobre nuestras propias facultades podríamos parecer párvulos,  niños o adolescentes.  A veces me sorprendo a mí mismo con pequeños gestos o  mínimas actitudes que al reconocerlas como propias me hacen pensar que no he madurado del todo o no maduraré jamás. Y esto pasa con todos así no lo queramos reconocer.  Hay una frase coloquial que dice que todos (refiriéndose especialmente a personas adultas) llevamos un niño en nuestro interior. Tal frase ya no suena  del todo descabellada si se entiende desde el punto de vista de la Neotenia.


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