Quien no ha
escuchado la declaración premonitoria de Vallejo (en la primera estrofa de su
poema: Piedra negra sobre piedra blanca). “Me moriré en París con aguacero, un
día del cual tengo ya el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- tal vez
un jueves, como es hoy de otoño”. César Vallejo es sin duda alguna el más
grande poeta del Perú, es una de las voces poéticas más relevantes de la poesía
en lengua castellana y desempeñó a lo largo de su vida diversos oficios. Uno de
ellos fue el periodismo (colaboró en revistas peruanas como Variedades y
Amauta, así como en el diario El Comercio). “Camino hacia una tierra socialista”
(publicado por el fondo de cultura económica) presenta los escritos que el gran Vallejo dedicó a los países que conoció durante su
establecimiento definitivo en Europa, entre 1923 y 1938, y que transformaron su
visión del mundo. Se trata de una selección de crónicas y ensayos de temas muy
variados, publicados en la prensa periódica a lo largo de esos años,
acompañados de cartas personales y algunos de sus poemas fundamentales. En
todos ellos, el autor descubre, paulatinamente, aquello que lo desilusiona del
mundo moderno, pero también el deseado horizonte de igualdad para hombres y
mujeres. Asimismo, el libro contiene cartas y poemas que nos permiten conocer
la evolución del pensamiento del arte. Como se sabe, Vallejo enrumbó a París un
año después de la publicación de Trilce (1922), un poemario que fue desdeñado
por la mayoría de críticos literarios de su tiempo que no alcanzaron a
comprender la renovación estética que propugnaba el libro (es que Trilce es un
poemario muy complejo), en Europa lo
consideraban por su obra Trilce como un adelantado o Precursor, dando así los primeros pasos hacia un Varguardismo
todavía desconocido en América. El crítico Estadounidense Thomas Merton
considerado como uno de los escritores de la espiritualidad más influyentes del
siglo XX dijo: “Vallejo es el poeta universal más grande desde Dante
Alighieri”. Tremenda declaración la de Merton. Si Dante Alighieri es reconocido
a nivel mundial por su obra La divina comedia, los poemas Trilce, Los heraldos
negros y la narrativa del Tungsteno no tienen nada que envidiar, siendo
reconocidas y admiradas en el mundo entero, es por eso que nosotros como
compatriotas, debemos no solo conocer, sino apreciar y difundir sus obras.
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