Esta columna será breve ya que
soy víctima de un terrible dolor, insoportable y que solo puedo atenuar con
pastillas y mucho reposo, tengo algo que no le deseo a nadie, tengo la muela
del juicio extraída parcialmente. En este instante escribo muy adolorido es más,
no he ido a trabajar a la radio como regularmente lo hago, tampoco no he ido a
mis clases de la universidad, sin embargo no me duelen los dedos así que
continuaré con la reflexión de hoy inspirado en el dolor. El dolor como tal es
bueno que se manifieste en nosotros, el dolor nos pone alerta de que debemos
cuidar alguna parte de nosotros ya sea un dolor de cabeza, de estómago o de
muela, cualquiera de estos dolores nos advierte (menos mal) sino imagínense una
persona que le entre basurita al ojo y no siente nada, la no manifestación del
dolor podría traer consecuencias terribles para el globo ocular como una
infección, hemorragia, etc. Por tanto el dolor en este sentido nos avisa de que
algo está yendo bien, así de paradójico resulta el asunto, ¡Que suertudos! Pero
también es bueno que no se manifieste (y más aún cuando no hay estímulo que lo
provoque) eso nos mantiene a gusto y cómodos con las actividades que
normalmente hacemos, el dolor dependiendo su tipo puede perjudicarnos cognitivamente a tal punto
que sea complicado por ejemplo prestar atención en clases o elaborar con altura
ciertos pensamientos o expresar con precisión nuestras ideas. El dolor por
tanto es una experiencia sensorial y también es una experiencia emocional, esta
experiencia es generalmente desagradable y es exclusiva de seres con sistema
nervioso central. Los dolores por golpes, cortes o quemaduras son dolores
localizados, pero si el dolor es difuso tiene que ser diagnosticado para que
sea atendido debidamente. Es un error el auto medicarse, el dolor tiene una
serie de características como la localización, intensidad y frecuencia además
de mecanismos que permiten evitar o limitar los daños manifestados en la
persona. El dolor es menor cuando se
racionaliza, si pienso que el dolor que siento temporalmente es para mi
mejoría, entonces la tolerancia al dolor se justifica y se hace efectiva. Quiero
cerrar con la cita de Arturo Graf que dice: “Bien poco enseñó la vida a quien
no le enseñó a soportar el dolor”. Que opinan amigos, ¿será verdad o será
mentira?
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