Hoy hablamos de dos componentes
importantes en las relaciones interpersonales que guardan una íntima relación
que son la empatía y la simpatía. La empatía es según la RAE: “Identificación
mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”. O lo que es
igual, la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Dicha
capacidad en el modelo de inteligencias múltiples de Howard Gardner se
denomina: Inteligencia interpersonal. Y según el estudio de Daniel Goleman sobre
inteligencia emocional, está situada entre las habilidades más complejas (en el
cuarto nivel en orden de adquisición). Lo que cuenta Goleman es que esa
capacidad de ponerse en el lugar del otro se aprende, no se nace sabiendo y a
medida que nos vamos relacionando con las personas vamos construyendo y
mejorando. Por lo tanto si cree usted que no es empático y que tampoco lo será,
está negándose una habilidad que se puede aprender y la mejor forma de aprender
una habilidad cualquiera que fuese es poniendo en práctica dicha habilidad. La
simpatía por el contrario, nace espontáneamente sin necesidad de aprendizaje.
Así lo indica su definición según la RAE: “Inclinación afectiva entre personas,
generalmente espontánea y mutua”. A la hora de la práctica, la principal
diferencia entre simpatía y empatía es la siguiente: Si alguien te cae bien y
te sientes cercano afectivamente a su forma de sentir o de pensar, sin importar
que conozcas del todo a esa persona, eso es simpatía. Y Comprender a la persona
hasta el punto de ponerse en su lugar, independientemente de si compartes o no
su forma de ver las cosas, eso es empatía. Como ves, son independientes. Cuando te relacionas con otras personas, puedes
sentir empatía, simpatía, ambas o ninguna.
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