El Error es un acto común, todos
lo hemos cometido sin excepción alguna, a veces no nos damos cuenta y creemos
que no nos equivocamos, pero lo que pasa es que “no se toma realmente
conciencia de los cosas que estamos haciendo” por eso actuamos deliberadamente
y con toda impunidad erramos. Lo ideal es evitar los errores voluntarios, esos
que ocasionan sufrimiento y desdicha a otros; los errores involuntarios parecen
ser inevitables, son aquellos que no son planificados, son hechos producidos
por variables que están por lo general
fuera de nuestro control. Podemos
considerar que hay errores que son servibles y otros que no. Por ejemplo el
aprender a manejar bicicleta (muchos nos hemos caído, nos hemos equivocado para
aprender), cuando alguien quiere aprender algo tiene que hacerse partícipe de
esa actividad, de lo contrario no aprenderá como es debido. La sentencia latina “Errare humanum est”
significa “Errar es humano”, esta sentencia quiere decir que: equivocarse es
parte de la naturaleza humana; sin embargo, esto no puede ser un factor
atenuante para repetir un error, sino un medio para aprender de la experiencia.
Todos sin excepción tenemos una disposición natural a errar, fallar o equivocarnos;
y es por el simple hecho de que somos seres imperfectos. En el caso del amor cuando se cometen errores
en la elección de pareja se dice muchas veces que se estuvo ciego, y por eso la
frase popular de “El amor es ciego”. Yo discrepo de esta frase, no la rechazo
en su totalidad pero diría que “El amor no es ciego, sino hipermetrópico”. La
Hipermetropía es una alteración de la visión que consiste en no poder reconocer
los objetos que se encuentran cercanos a nosotros siendo así difusa la visión
de estos objetos, por tanto es una incapacidad para poder ver con nitidez los
objetos cercanos. En el enamoramiento pasa lo mismo, tiene sentido ya que
mientras más vas conociendo a la pareja (interiormente), uno puede ir conociendo
más de cerca a esa persona y puede ir desanimándose ya
que podría percatarse de un montón
de defectos, vicios y actitudes jamás antes vistas en las primeras semanas de
enamorados. Lo anteriormente señalado se da en el proceso inicial del
enamoramiento y se caracteriza exclusivamente porque hay una “idealización” a
la pareja como una persona ideal, fantástica o hasta única en el peor de los
casos. Los adolescentes suelen ser (por una cuestión de desarrollo) “los
caseritos” en este peaje de la vida que todos pasaremos o hemos pasado. Mantenernos
conscientes y atentos nos permitirá estar en alerta ante cualquier tipo de
eventualidad o problemática que pueda presentarse, lo sensato en el mejor de
los casos es dar siempre la cara, afrontar el problema y solucionarlo como es
debido.
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