La determinación firme para hacer
algo es un “propósito”. Lo de plantearnos grandezas por año nuevo
genera mucha frustración, ya que muchos propósitos planteados
anteriormente van quedando en el olvido, muchas de las veces quedan en el olvido
por falta de fuerza de voluntad. Hay cosas que no hemos hecho el año pasado o la
hemos hecho a medias y comenzando este año creemos que empezamos bien, pero
luego por cosas que uno mismo debe responder no las cumple. Una pregunta clave
e incómoda de responder es ¿Cuándo tarda usted en olvidar el buen propósito que
hizo este año? Por eso es importante trazarse propósitos claros, reales y sobre
todo posibles, y en el mejor de los casos propósitos que nazcan de nosotros
mismos. Lo que nos empuja a realizar alguna actividad o tarea sin que haya ningún
incentivo de por medio es la motivación intrínseca, esta es interna y es muy
importante trabajar en ella ya que como motivación es la más duradera en el
tiempo. Por ejemplo el simple hecho tener un hobby es una motivación que nos
nace de adentro ya que no sabemos porque específicamente nos gusta ese hobby, y
no esperamos sino gozo o placer por realizar tal hobby, así como cualquier
actividad que nos mueva por y para nuestra autorrealización. La motivación extrínseca
en cambio es aquella que hace que hagamos actividades esperando recibir a
cambio recompensas. Por ejemplo las personas que van al gimnasio esperan verse
bien y sobre todo esperan acaparar miradas, atención y hasta elogios de los demás
por su figura corporal. Lo que más mueve a las personas a plantearse objetivos
es recibir algo a cambio, eso es normal, pero si a eso le sumamos la
posmodernidad y era digital en la que nos encontramos diríamos que ahora más
que antes la persona espera respuestas rápidas a sus acciones, “La
perseverancia en los propósitos planteados se hace cada vez más difícil en la
actualidad”. Conocer cuáles son las oportunidades que tenemos para lograr los propósitos
planteados y aprovechar eso para nuestro beneplácito representa uno de los
pasos más importantes para su cumplimiento. Aceptar cuales son las cartas que
se tienen para lograr las consignas es reconocer cuales son las habilidades,
competencias y virtudes que tengo para lograr dichos objetivos, será más fácil cumplir
con los objetivos trazados cuando se tienen las herramientas para cumplirlo. A
veces esperamos que cambie el mundo para recién pensar en cambiar, nos
olvidamos que nosotros somos parte del mundo y mi cambio influye en mi mundo.
Lo central de esta reflexión es plantearse propósitos graduales y progresivos.
No plantearse conquistar la montaña y ya, sino subir la montaña, escalarla bien
y conquistarla.
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